Sunday, March 01, 2009

La última partida

Entiendo que cuando uno pierde le fastidia por no poner lo que lo pongo lo del marido de "jade". Para algunos una partida a la perejila es una final en Wembley, la expectación de despuntar nos afila el vanagloriarnos al resto. Porque eso es lo que no da la satisfacción imbécil que nos vean y encima nos envidien. Vivimos en un biombo de leche en mal estado. Pregonamos como rata presumida que en manos de las garras de Leoncia seria póstuma. No aguantamos las colas, ponernos en fila es un martirio, mas cerca de la Semana Santa de Sevilla y lejos del paraíso de Monfrague. Nos hace desproticar y lanzar misiles desde la mirada al de delante. Estamos instalados en la impaciencia en un corre que te corre, en un corre que te pillo y aquí nosotros y luego los sencillos. Pararse no es malo, salvo estar sin empleo. Y aún para algunos es una ambición, y unas vacaciones en las cuales pensamos y nos azota en estos tiempos donde uno anda perdido entre todo el mundo que pierde y se pierde por doquier.
Aunque la mayor parte de los hombres tengan el síndrome de Carpanta, estemos rodeados de Pepes Goteras y Otilios, nadie aspire a ser Botones Sacarino, nos manden casi siempre Rompetechos, como para que aparezca Jabato, el Capitán Trueno, Roberto Alcázar y Pedrín, El Guerrero del Antifaz y Aguila Roja a la vez. El imperio capitalista devaluado lo ocupa todo, estamos en el rincón de la Galia y la pócima mágica son los cubatas delante de la debacle del Atleti.
Los empleos seguros y con futuro son los que siempre hemos necesitado. Los que huelen a tomates y pan, los trasvases fontaneriles de los detritus que expulsamos en lo que nos sobra, y quién adecenta y construyen nuestras chabolas, el peine que nos acicala y el agua que nos aleja el olor de los calcetines con influencia a Cabrales. Lo demás es un lujo, y es lo primero a tirar por la borda. Nos sentimos ahogados, ahora cada vez que aparece una nube algunos piensan en el Arca, y cada vez que sale el Sol sospechamos que está a punto de explotar. Es lo que no nos han enseñado y hemos aprendido de memoria. Tenemos una liada de chufla borracha. Nadie está segura, nadie nos asegura, nadie tiene un duro, y todos tenemos deudas y dudas. También podríamos ofrecer la Tierra al primer extraterrestre que apareciese volando de vacaciones en una nave de lujo. De hipotecas sabe hasta el pastor que administra las ovejas. El dinero es tan fácil de aprender, como tan villano de mantenerlo a cualquier precio.
Cada vez que paseo, me siento como cuando me examiné del práctico de conducir. Sorteo con una habilidad repechos llenas de baches, y cambio insistentemente de trayectoria para evitar al resto de los que me cruzo. Me pone a cien que alguien me ponga la zancadilla con alevosía y tradición, aterrizar me puede llevar al dentista o irme no a trabajar al hospital. La mayor parte de las cartas del buzón son facturas, las otras partes son propaganda para dilapidar. Los emails son distintos, siempre me llegan con una sonrisa, un PowerPoint o una complicidad untada de franca amistad. algo bueno debe de tener todavía las gentes, y me consta que te me recibes es la mejor de las pruebas de ello.
Un saludo amigo/amiga de Paco Martín el soñador de guardia.